jueves, 17 de julio de 2014

EL PRIVILEGIO DE SER PRODUCTIVO - P. Roberto Dávila

Mateo 25: 14 Porque el Reino de los Cielos es como un hombre que yéndose lejos llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.

La productividad de nuestros talentos está definida por nuestro carácter, el mismo que es moldeado por Dios mediante un proceso que Él determina adecuado al tiempo y espacio de nuestra vida.

La productividad es llevar fruto que permanezca, es mantenernos consiguiendo algo. Hay cosas que se consiguen porque son el fin, la razón, el objetivo, el resultado. Hay cosas que se consiguen porque son el medio para conseguir otras. Por eso es indispensable saber discernir el fin y el medio.

Nosotros estamos llamados a cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas y para ello debemos trabajar en nuestra IDENTIDAD, saber quiénes somos. La carencia de identidad nos hace perder tiempo tratando de conocernos. Mientras no la definimos hacemos lo que los demás dicen o todo menos el propósito de Dios.

Nuestra meta es que nos desarrollemos pero necesitamos aprender. No es solo conocimiento, el aprendizaje es el fruto de ejercicios de fijación. No es malo equivocarse pero seguir equivocándonos en lo mismo significa que no hemos aprendido la lección. Hay que saber COMO y DONDE aprender.

Dios ya nos entregó los bienes de Su Reino, lo podemos ver en lo que nos hace sobresalir de entre los demás. Los talentos se los descubre porque ya están en nosotros, no tenemos que ganarlos. Cuando los descubrimos podemos y debemos ejercitarlos para fortalecerlos. Dios sabe hasta donde podemos producir. Somos nosotros quienes no nos dedicamos a saber lo que Dios puso dentro de nosotros como talentos. 

A veces, las cosas no salen bien, es cuando Dios prueba nuestra fe, porque Dios hace todo para nuestro bien. Demostramos nuestra fe al mantenernos sostenidos de Dios, cuando nos entregamos a hacer con excelencia todas las cosas sin esperar los beneficios. Cuando nos cansamos de ser autosuficientes y dejamos todo en las manos de Dios, dejamos que El actúe y nos sostenga.

Para ser productivos debemos entender ciertas cosas:

  • Dar a otros es demostrar que tengo confianza en que el otro hará algo bueno con lo que le doy. Dios cree en cada uno y en las capacidades que El puso dentro de nosotros.
  • Cuando NO sabemos quienes somos hacemos cualquier cosa con lo que nos dieron y NO lo que teníamos que hacer para ser productivos.
  • Cuando entendemos que todo es dado por Dios y nada conseguimos por nosotros mismos, nos convertimos en dadores de gloria pues reconocemos al dador de todo.
  • Entre más se nos otorgue, más se nos demandará. La responsabilidad es grande y nos causará presión. La presión define quienes somos. Si la presión juega a favor, nos lleva a conseguir un objetivo, a hacer y buscar los medios para conseguirlo y a depender más de la ayuda de Dios. Si no hubiese presión, NO sabríamos lo que tenemos dentro. Lo que NO nos destruye, nos hará más fuertes.
  • En el fracaso, no debemos buscar un hombro para llorar, debemos buscar consuelo en los pies de Cristo. Esto demuestra que entendemos los roles.
  • Debemos ser responsables de las acciones que se cometen. A Dios le interesa más lo que somos que lo que hacemos porque lo que somos es lo que que cambiará a las personas y nuestro entorno.
  • Entre más productivos somos, más se nos añade. No tengamos miedo de los resultados, hagamos lo que Dios puso en nuestro interior. Haz lo tuyo aunque tu entorno no lo haga.


Dios te llamó a ser productivo. Es necesario creer en uno mismo como Dios lo hace. Saber lo que Él puso dentro y dejar los resultados en las manos de Dios.