Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Nadie viene al Padre sino por mí. Jesús.
Lucas
24: 45-49 Entonces les abrió el entendimiento
para que comprendieran las Escrituras. —Esto es lo que está escrito
—les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día, y en su
nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las
naciones, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas. Ahora
voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la
ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.
Tener amor por alguien implica relacionarse
personalmente. Para lo cual es necesario:
1. Querer tener un conocimiento
profundo. Mientras más conocemos de Jesús, más confiamos en Él.
2. Ser obedientes a Dios. Esto nos
bendecirá y nos desafiará a ser mejores.
3. Tener deseo de proclamarlo
porque de Él se trata la vida. La relación con Dios es lo más importante.
El
plan de Dios no ha cambiado:
1.
Persona de Jesucristo, que su
pueblo proclame la verdad y salvación.
2.
Poder por el Espíritu Santo.
Dios no espera que hagamos algo sin Él por eso pidió a los discípulos que
esperen para que estén preparados cuando el Espíritu Santo los llene y les
enseñe. El mora en nosotros y nos capacita.
3.
Estrategia, una iglesia
misionera que predique a otros. Nosotros somos la iglesia.
Una
iglesia misionera es:
1.
Visión para el mundo
2.
Responde obediente a la comisión
de Jesús.
3.
Proclama claramente el mensaje
de Jesús, la verdad de la vida, sabiduría, la verdad que transforma vidas.
4.
Llama a quienes Dios ha llamado
a ser misioneros. Dios ya nos ha llamado a testificar sobre Él. Llevar su
verdad a los confines de la Tierra. A sus ojos todos somos misioneros con
visión de llevar el evangelio a la tierra entera.
5.
Se compromete a sostener a los
misioneros.
Dios sabe como tomar el medio más sencillo
para llevar a la eternidad a alguien. Solo hay uno que transforma el camino
eterno de cada persona.
Tres
cosas que podemos hacer para ayudar: 1. Orar; 2.
Predicar; 3. Apoyar económicamente a la obra.
¿Cuál de las tres cosas, Dios espera de
usted?
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