Génesis 4:1-8 El hombre se unió a su mujer Eva, y ella
concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: « ¡Con la ayuda del SEÑOR, he tenido un
hijo varón!» Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a
pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra. Tiempo
después, Caín presentó al SEÑOR una ofrenda del fruto de la tierra. Abel
también presentó al SEÑOR lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con
su grasa. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a
Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo. Entonces el SEÑOR le dijo: «¿Por qué estás tan
enojado?. ¿Por qué andas cabizbajo?. Si hicieras lo bueno, podrías andar con
la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera
lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.» Caín habló con su hermano Abel. Mientras
estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató.
Delante de Dios está
presente nuestra vida y nuestra ofrenda. Por mucho que le demos a Dios, lo que lo conmueve es nuestra vida, no
podemos comprar a Dios con una ofrenda cuando nuestra vida ha sido incorrecta.
Cuando nuestra vida es agradable a Dios, entonces nuestra ofrenda es agradable
a Dios. Por eso, la Palabra aconseja que si recordamos que tenemos algo
malo con nuestro hermano dejemos nuestra ofrenda y primero nos arreglemos con
nuestro hermano. A Dios no le impresiona
la cantidad sino nuestro corazón. Si tu corazón no está bien, nuestra ofrenda
no dará el fruto esperado.
Dios no quiere que
nos presentemos con una actitud arrogante. Se ensañó Caín de gran manera en
lugar de buscar ayuda para saber cómo
agradar a Dios. Cuando la Palabra de Dios no se cumple en nuestra vida y no
podemos ver sus bendiciones es porque nuestro sistema de vida no está bien pues
el sistema de Dios es la absoluta verdad. Cuando
el favor de Dios está sobre alguien, no importa lo que pase alrededor, Dios le
prospera. Si el favor de Dios está con nosotros, Dios nos prosperará aunque
nuestro sueldo sea menor. Lo aconsejable es asociarnos con personas que nos
ayuden a ver y percibir la gloria de Dios. Asegurémonos
que Dios está con nosotros. Dios mira nuestro corazón.
Hebreos 11:4 Por la fe Abel
ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió
testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar
de estar muerto, habla todavía.
Nuestra fe queda
evidenciada por nuestras obras. El más excelente sacrificio son las cosas que
se hacen bien y no mediocremente.
Primicia, es el
primer fruto de la cosecha, una promesa por venir. Podemos demostrar nuestra fe
separando nuestra primicia para cada año.
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