1 Pedro 1:3-7 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección
de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia
indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en
el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta
que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. Esto es
para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que
sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola
al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser
acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor
cuando Jesucristo se revele.
Somos guardados por el poder de Dios mediante la fe. Guardados se
refiere a cuidados, bien tratados, protegidos y guiados. Ser guardado es un
sistema de vida de Dios, la manera cómo funciona la vida junto a Él.
La fe es un escudo que nos protege, la armadura de Dios tiene el
escudo de la fe para protegernos de los ataques del maligno, para resistirlo, y
aunque caigamos, tener la fuerza y valentía de levantarnos porque Dios es quien
nos levanta.
La fe es un imán que atrae lo que queremos, porque al justo le es
dado lo que desea.
Proverbios 10:24 lo que el malvado teme eso le ocurre, lo que el
justo desea, eso recibe.
El malvado se ha olvidado de vivir con Dios, conoce a Dios pero
deja a un lado su devoción. Mientras la fe provoca sueños nuevos al justo, la
falta de ella le hace temer y perder al impío.
La fe tiene vida, se mueva y va moviendo. Se alimenta de lo que
escuchas, por eso debes cuidar lo que oyes porque puedes contaminar tu fe con
temor y dudas, entonces la fe puede irse.
Romanos 10:17 así que la fe viene como resultado de oír el
mensaje, y el mensaje que se oye es la Palabra de Cristo.
Tomado de la enseñanza del P. Roberto Dávila del 04/04/20
No hay comentarios:
Publicar un comentario