Con Dios caminó Noé, siempre anduvo fielmente con Dios y tenía comunicación continua con Él. Era un varón justo y perfecto, caminaba con Dios, cualidades que mantuvo a lo largo de su vida por lo que fue considerado como siervo fiel y digno de la confianza de Dios, pues le encargó una misión que creó conflictos con los demás y con sus familiares pero Noé no desistió. Dios lo recompensó y estableció un pacto con él y su familia, a causa de la fidelidad y obediencia de Noé.
Génesis 7:1-6 Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.
Cada uno de nosotros podemos llegar a ser siervos fieles, en cuanto desarrollemos una comunicación profunda con Dios y sigamos el ejemplo de Noé, quien reconocía el poder y soberanía de Dios.
Génesis 8:20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
Salmo 55.7 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.
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