La vida es aprendizaje. El sistema educativo debería ayudarnos en
nuestro desarrollo, enseñarnos a reflexionar. Dejar de ser reactivos y comenzar
a ser reflexivos para entender y decidir cómo vamos a actuar ante la crisis.
No se ponga el sol sobre su enojo. No vale la pena mantenerse enojado.
Con miedo no pensamos bien las decisiones que tomamos ni lo que
hacemos en los distintos ámbitos de la vida como en las relaciones humanas,
simplemente reaccionamos. Cuando se activa un temor natural que ni siquiera identificábamos
en nosotros mismos, nos volvemos reactivos.
1.
No tengas miedo porque Dios está contigo, si
tienes miedo estas negando que Dios está contigo, no quiere decir que nada malo
te pasará sino que saldrás victorioso.
2.
Hazte cargo de ti, se prudente, enseña a los
demás a serlo y no asumas el cuidado de los otros porque cada uno debe tomar
esa responsabilidad.
3.
Esfuérzate, no desmayes, se creativo y no
miedoso. En la zona del miedo debes volverte creativo, para pasar a la zona del
aprendizaje y volverte reflexivo, preguntarte lo que te está enseñando la
crisis; entonces pasarás a la zona del crecimiento donde comienzas a dar
respuestas significativas, acciones que ayudan a otros a salir de la zona del
miedo, marcando un camino.
Haz que los días cuenten. Hoy cuenta, el mañana no lo sabemos. Ya
no te preguntes si reaccionaste bien hoy, sino pregúntate si respondiste bien
hoy. Busca tus miedos y ponlos delante de Dios y comienza a salir de la parálisis,
muévete confiando en El, porque solo Dios tiene la última palabra.
Tomado de la enseñanza del P. Roberto Dávila del 18/05/2020
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