El afán.. El trabajo en demasía no nos dará más. Dios da el poder para hacer las riquezas.
1 Crónicas 29:11-12 tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el
poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en
los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres
excelso sobre todos.
Nos afanamos por conseguir algo y marcar la diferencia en lo que hacemos cuando las riquezas y la gloria son de Dios. Él tiene el poder para hacer todo porque sobre todo domina. El tiene el control de lo que pasa. No podemos añadir un centímetro a nuestra estatura. La vida de José es un claro ejemplo de la soberanía divina, fue vendido por sus hermanos, fue esclavo, fue acusado injustamente pero donde estuvo, siempre fue notable que Dios estaba con él y lo prosperaba. No menosprecies el conocimiento. La fe y el Espíritu le llevó delante de faraón pero su conocimiento le mantuvo en donde estaba hasta llegar allá. ¿Qué harías si se te presenta faraón con una pregunta sobre propuestas para sanar? Dios puede darnos las estrategias para solucionar las circunstancias que vendrán. Ser solución en el problema. La capacidad divina para interpretar algo que da Dios es lo que te lleva a estar frente a gente importante. En medio del proceso el diablo te ataca en las fuerzas. Está golpeando directo ahí. Pero Dios aumenta tus fuerzas como las del búfalo.
Nos mantenemos por la misericordia. Él está en todo lugar. Necesitamos estar en la casa de Dios. No dejemos que el diablo nos desconecte. Fuimos hechos para la adoración de Dios. No hace falta un instrumento, yo soy el instrumento, el templo del Espíritu y voy llevando la adoración por donde voy. Cuando estoy conectado donde está Su Presencia, no falta nada. Nuestro enfoque es Cristo Jesús. Porque muchos tienen poder para manipular las sociedades pero Dios es quien tiene el control de todo. Olvidamos el poder de Dios y somos incrédulos a Su Palabra. Dios sigue siendo Dios a pesar de las circunstancias.
Salmo 107:19-30 pero clamaron a Jehová en su angustia y los libró
de sus aflicciones, envió su palabra y los sanó y los libró de su ruina. Alaben
la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres;
ofrezcan sacrificios de alabanza y publiquen sus obras con júbilo. Los que
descienden al mar en naves, y hacen negocio en las muchas aguas. Ellos han
visto las obras de Jehová y sus maravillas en las profundidades. Porque habló e
hizo levantar un viento tempestuoso, que encrespa sus ondas. Suben a los
cielos, descienden a los abismos, sus almas derriten con el mal. Tiemblan y
titubean como ebrios, y toda su ciencia es inútil. Entonces claman a Jehová en
su angustia y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego y se
apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron, y así los guía al
puerto que deseaban.
Necesitamos la Palabra para sanarnos, restaurarnos y edificar
nuestra vida. No deje que muera su talento y su servicio. En medio de la
angustia, temor, clamaron y los libró, los cambió. Si no abres la puerta, no puede
entrar el Espíritu Santo. Tenemos que clamar por EL. Es una relación de ida y
vuelta. Dios quiere liberarnos. El enemigo va atando cadenas para detenernos
pero a Pablo y a Silas no los detuvo porque con la adoración, las podemos
romper. Nuestra relación con el Espíritu Santo traerá libertad. Cree que Dios
te quiere bendecir. Aprende a recibir las promesas de Dios. Recordemos sus
promesas y levantemos nuestra voz.
Tomado de la predicación del hno. Diego Jijón del 16/08/20
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