lunes, 1 de junio de 2020

TAREAS DE TODO PADRE

Papá tiene la autoridad para disciplinar, no mamá, especialmente a los hijos varones porque en ellos se genera resentimiento ante la figura de la mujer cuando ha recibido disciplina de ella. El hombre necesita la disciplina del hombre. Y el rasgo de un buen hijo es la obediencia.
 
2 Reyes 13:14-19 estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y le dijo Eliseo: toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas. Luego dijo Eliseo al rey de Israel: pon tu mano obre el arco. Y puso el su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey. Y dijo: abre la ventana que da al oriente y cuando él la abrió, dijo Eliseo: tira. Y tirando él, dijo Eliseo: saeta de salvación de Jehová y saeta de salvación contra Siria, porque herirás a los sirios en Afec hasta consumirlos le volvió a decir: toma las saetas.  Luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces y se detuvo. Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno, pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria.

 
 
La paternidad no te anula, te potencia. Eliseo cumplió su deber de padre espiritual hasta el final.
 
1.     No se dejó llevar por las lágrimas sino que formó el carácter del rey para resolver problemas y sobrellevar las adversidades. Evitó alimentar la dependencia del rey hacia él, sino que lo capacitó para el porvenir. Fomentó su personalidad para que se enfrentara correctamente con su mundo exterior. Le ayudo en el discernimiento y en el completar círculos de pensamiento al asignarle un sentimiento a sus lágrimas.
 
2.     Equipa a sus hijos, les da herramientas, conocimientos, valores que rigen el comportamiento porque como te comportas determina hasta dónde vas a llegar. Analiza lo que compartes, cambia en tu mente y tu corazón y luego se volverá un valor que se refleje en un comportamiento, luego haga a su hijo útil, que satisfaga una necesidad y sea de provecho.
 
Lucas 17:10 así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decir: siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
 
3.     Abre la ventana, a las oportunidades, trabaja en la autoconfianza de sus hijos. Una autoconfianza estable no deja que otros la destruyan. No se trata de ser confidente, aunque puede serlo, sino de alentar a sus hijos a enfrentarse a retos y conquistarlos.
 
Hebreos 10:35 no perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón.
 
4.     Enseña y activa la unción que hay en sus hijos, es decir, la capacidad de Dios para que hagan algo, no anula su capacidad sino que la aumenta, 'poniendo sus manos sobre el arco'. Un talento sin unción es humanismo, no se trata de hacer algo sino hacer lo que Dios quiere.
 
 
La unción sin capacitación es fanatismo, saliéndose de la doctrina, de la Palabra. No formes hijos humanistas ni fanáticos sino hijos capaces de interactuar con el Espíritu Santo para realizar el oficio para el cual fueron separados al servicio de Dios.
 
 
Tomado de la enseñanza del 14/05/20

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