sábado, 2 de mayo de 2020

CAMBIA TU PRONÓSTICO POR UNA PROMESA

1 Reyes 17:8-16 entonces la palabra del Señor vino a él y le dio este mensaje. Ve ahora a Sarepta de Sidón y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer. Así que Elías se fue a Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: por favor, tráeme una vasija con un poco de agua para beber. Mientras ella iba por el agua el volvió a llamarla y le dijo: treme también, por favor, un pedazo de pan. Tan cierto como que vive el Señor tu Dios, respondió ella, no me queda ni un pedazo de pan, solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite ene e jarro. Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!. No tema le dijo Elías. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antes prepárame un panecillo con lo que tienes, y tráemelo, luego haz algo para ti y para tu hijo. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: no se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra. Ella fue e hizo lo que le había dicho Elías, de modo que cada día hubo comida para ella y su hijo, como también para Elías. Y tal como la palabra del Señor lo había anunciado por medio de Elías, no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro.
 
El pueblo de Dios volvió a los ídolos y se había olvidado de sus padres. Se olvidaban de quienes eran y pecaban; cuando sabes quién eres, no practicas el pecado, y sabes lo que tienes que hacer. No había lluvia, es decir, no había bendición ni gracia. Pasaron los días y el arroyo que sustentaba a Elías, se secó. Pero Dios le dio camino para seguir viviendo y dar bendición.
 
 
Dios no se mueve por la necesidad de la gente sino por la fe que esa gente tiene en medio de la necesidad. La viuda de Sarepta era una mujer de fe, pero en su corazón había un mal pronóstico que abundaba en su boca, sospechaba e intuía su fin por su entorno, según lo que percibía por los sentidos físicos, capturaban la información de la realidad, pero Dios quiere que cambies la percepción por una promesa.
 
Dios es la fuente inagotable de tus recursos. Año 2020 es 20+20=40 es el número de limpieza, de prueba, de fe y compromiso. Dios ya hizo todo con Jesús, Él es la puerta al Reino de Dios y lo demás es añadidura. Dios quiere tratar tu corazón para que vuelvan a su primer amor; para que, si fueron envueltos por el mundo y se volvieron pródigos, vuelvan al Padre, a ser hijos de Dios, no del mundo ni del diablo, en la esclavitud del mal. Si dejaron de escuchar el corazón del Padre están en tiempo de regresar y volver a escucharlo, porque cada uno de Sus hijos vive por promesas, porque Dios es un Padre de pacto.
 
Tomado de la predicación del P. Roberto Dávila del 19/04/20

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