Así como preparamos nuestra casa para recibir a los invitados, preparemos el corazón para recibir al Espíritu Santo y habitar Su gloria.
Dios no habita donde esta el pecado porque El es santidad. La Gloria se va con el pecado. La unción es el fuego del Espíritu Santo manifestándose en las personas. Cuando la Gloria desciende, te pide quitar la unción de tu humanidad para que Su gloria tome el control y opere.
Cuando viene una persona con dones, recibes sus palabras y se va, pero no hay transformación en ti, porque experimentaste a la persona. En cambio, cuando opera la gloria de Dios, permanece el poder y los milagros. Se necesita gente dispuesta, que anhele la transformación de la gloria de Dios en su vida.
La Gloria es visible, podrás notarla cuando dejes de temer. Dios te ha traído para introducirte en el mover de Su gloria. Fuimos creados por Su gloria y para Su gloria. La gloria es la atmósfera de Dios mismo.
La revelación de la Gloria viene a través del Espíritu Santo, sus caracteres, sus nombres y sus caminos. Entonces, reconoces a Dios en todos tus caminos. Jehová levanta bandera por sus hijos.
Estas llamado a traer la gloria de Dios ahora, a través de la revelación en cada aspecto de tu vida. La Gloria viene cuando entras en intimidad con Dios, una conexión constante, cuando se abren los ojos espirituales.
La adoración es la que crea el ambiente para recibir la Gloria. Una adoración manifiesta en todo lo que haces, en tu estilo de vida. Dios no se manifiesta en gente rebelde sino en corazones humildes. Dios es sencillez.
Su Gloria esta en cada uno solo tenemos que provocarla. Antes de crearnos, creó un ambiente de Gloria para que disfrutáramos de El.
Tomado de la predicación del Pastor E. Estrada del 16/04/17
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