domingo, 9 de marzo de 2014

EL VALOR DE LA UNIDAD

Mateo 5:14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Cuando nuestra vida esta desordenada y no tiene dirección, nos perdemos. Para ser la luz del mundo tenemos que aprender a estar ubicados bajo la gracia de Dios. Debemos tener una dirección correcta para alumbrar el camino de los demás. El diablo busca romper la luz de quienes están a la cabeza, de quienes toman las decisiones porque la luz es la claridad de nuestra visión, a donde vamos a ir, nuestro enfoque.

Nuestra atmósfera, el ambiente donde nos desarrollamos debe estar en armonía para poder cumplir con el propósito de Dios. Él nos creó para interrelacionarnos unos con otros. Si no arreglamos nuestras relaciones, NO importa a donde escapemos o cuán lejos vayamos, el ambiente seguirá siendo destructivo. Es necesario arreglar cualquier problema que tengamos con otros sin esperar, entonces el ambiente se armonizará y el propósito de Dios podrá fluir.

Cuando no tenemos buena relación con Dios, nuestro ambiente no es bueno, sin importar lo bien de nuestro entorno, seguimos sintiéndonos vacíos, molestos e incómodos.

Nosotros somos llamados a llevar ese ambiente, donde hay guerra trasmitir paz, donde hay oscuridad ser la luz, porque estamos en este mundo, no para ser quitados de él sino librados de la maldad.

La prueba me hace crecer pero ese no es su verdadero propósito. La prueba refleja cuanto has aprendido y es enviada para promocionarte. Una prueba es una oportunidad para manifestar lo que tienes dentro.

Toda relación se basa en el respeto, la comunicación asertiva y la justicia. Cuando alguno de estos elementos se rompe, la relación también lo hace. Generalmente, el respeto comienza a perderse en el trato, dejamos de ser amables y corteses, de usar las palabras mágicas “por favor”, “gracias”, “disculpa”. Asumimos que tenemos ciertos “derechos” sobre nuestros semejantes con el pretexto de que somos cercanos o según el grado de intimidad que hayamos desarrollado y nos sobrepasamos en nuestras exigencias con ellos irrespetándolos.

Proverbios 17:17 En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.

Las relaciones entre los seres humanos se basan en el amor. Amar es dar y no solamente ver el beneficio que podemos sacar, eso es interés y conveniencia.

No podemos hablar de UNIDAD con alguien cuando no tenemos un propósito común. Dios no puede enviar Sus bendiciones cuando hay división. Porque división significa, tener 2 visiones separadas y la división es el propósito del diablo.

Efesios 5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.

Nadie puede vivir haciendo lo que quiera sin cosechar maldición, pasando por encima de la vida de los demás y  actuar obviando las consecuencias. Hay quienes buscan vivir caprichosamente y obtienen malos resultados porque Dios no respalda caprichos, El hace todo con un propósito.

Comunicar no significa solamente hablar o decir cualquier cosa.  La comunicación asertiva se refiere al respeto hacia uno mismo, la valoración propia por la que estamos dispuestos a expresarnos sin dejarnos humillar y respetando al otro. Exponer nuestros pensamientos e inquietudes no muy agresivamente pero tampoco pasivamente.  Cuidar el tono de voz, las palabras y los elementos que usamos para hacernos entender.

Muchas veces, lo que afecta nuestra vida son los pequeños detalles. Para bien cuando cuidamos de ellos y para mal cuando los descuidamos.

La justicia es dar a cada uno lo que se merece y tratarlo como alguien individual. Dios nos trata a cada uno según como somos. Si queremos ser justos, no podemos tratar a todos por igual. Es necesario que nos demos el tiempo de conocer al otro, ser observadores, no catalogar a todos bajo el mismo parámetro ni juzgar a todos porque uno falló. Dios se da el trabajo de entender lo profundo de nuestro corazón y conocer nuestras necesidades

¿Cómo está tu relación con Dios?, ¿Cómo está tu entorno con Dios?, ¿Qué generas en tu entorno?

Recuerda RELACION SANA = ENTORNO SALUDABLE

Tomado de la predicación del Pastor R. Dávila

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