sábado, 25 de marzo de 2017

NO NOS CANSEMOS DE HACER BIEN

Gálatas 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

No hagas las cosas por lo que sientes sino según te guíe el Espíritu de Dios.
Los principios te enseñan a obedecer, por eso debes nutrirte de la Palabra de Dios.

Tú harás lo que Dios dice que tienes que hacer, orientado a la justicia, porque la justicia se defiende sola, es como un escudo. Dios pelea a favor de aquellos que tienen la justicia de Dios en Cristo.

HACER BIEN, cansa, porque es contrario al sistema del mundo, pero no te preocupes, a tu tiempo segarás por cualquier lado. Pero si dejas que te gane el cansancio, perderás la cosecha por la que tanto trabajaste.

HACER BIEN, esta rodeado de injusticia, desánimo, variabilidad de sentimientos, pero hacer bien es la dirección del Espíritu Santo.
El cansancio es enemigo de la productividad, por eso busca un refresco en Dios para coordinar tus dones y pensamientos con los que tomas las decisiones.

Mateo 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Las palabras son semillas para bien o para mal que son sembradas en donde las depositas, en la mente y corazón del oyente. Así como en lo financiero, la semilla es la ofrenda y el diezmo, es decir, el dinero es la semilla que te hará prosperar financieramente, no solamente la oración.

Cuando la semilla toca la tierra, absorbe sus nutrientes, los que necesita para desarrollarse y transformarse en un árbol que fructifique. No obstante, Dios es quien da el crecimiento. Ahora comprende la naturaleza de las personas, la tierra de su corazón no siempre fructifica. Así que tú debes trabajar en los ambientes porque las personas producen ambientes, ese es tu rol. En las personas trabaja el Espíritu Santo pero las plantas no pueden crecer si el ambiente no es el adecuado. 

Cuando crees que estás sembrando en un lugar de donde no obtendrás recompensa, te sientes inseguro, quieres dejarlo y escapar. No busques ni la gratitud, solamente cree en que Dios es galardonador de quien lo busca. La incredulidad es una semilla del diablo que fructifica, cuando alimentamos el ambiente donde puede desarrollarse, y entonces:

1. Te aleja de Dios
2. Endurece tu corazón, y no puede entrar la buena semilla.
3. Pierdes la confianza, en ti mismo, en los demás y en Dios. Por eso debes cuidar tu mente y tu corazón, gobernarte a ti mismo. Esto implica protección, provisión, cobertura y dignidad. La confianza en Dios se muestra con la obediencia.
4. Te impide entrar en el reposo de Dios, El reposa cuando termina el trabajo que debía hacer.

Entra en los propósitos de Dios, y si El te pide algo, obedece aunque no entiendas.

Tomado de la predicación del Pastor Roberto Dávila 26/02/17

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