martes, 28 de abril de 2020

DIOS QUIERE USARTE... ESCÚCHALO

Éxodo 6:1-9 Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ. De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.
 
 
 
El pueblo de Israel dejo de escuchar lo que Moisés estaba diciendo de parte de Dios, no necesariamente por un problema auditivo sino por sus prejuicios y un problema de perspectiva.
 
El prejuicio es una opinion anticipada y cerrada sobre la realidad que te rodea; aunque desconozcas la verdad, los prejuicios forman una idea sesgada de lo que sucede en verdad. Esto evita que se desarrolle tu criterio, tu madurez y tu sabiduria, por eso es importante trabajar en abrir la mente, arriesgarse a dar crédito a nuevas ideas, aunque te equivoques; asi te volverás una persona más enseñable y Dios podrá trabajar contigo de mejor manera.
 
La perspectiva depende de lo que llevas dentro y llegó ahí por lo que escuchas. Poner atención a lo que oímos y filtrar la información que anda suelta por todas partes nos ayudará a renovar el espíritu de nuestra mente. El creyente vive por la fe, no por la información sino por la revelación de la Palabra de Dios, porque esta te ayuda a incrementar tu fe y a caminar por ella.
 
El pueblo de Israel tenía el corazón acongojado por el arduo trabajo, la angustia, el temor, la incertidumbre y todo un caldo de emociones que debieron sentir en esos momentos; de aquí la importancia de aprender LIDERAZGO, que implica adquirir conocimiento, desarrollar carácter y aprender destrezas. Eres un líder llamado por Dios, tienes al Espíritu Santo, y Dios quiere usarte para hablar a las personas, no solo para dar consejos, sino para direccionarlas hacia un futuro preferido que quisieran alcanzar, alineado a los parámetros bíblicos que Dios enseña en Su Palabra.
 
Donde el nombre de Dios es invocado, El está presente. Su Presencia y Su favor están siempre. El mismo Dios que siempre nos ha bendecido, nos dará gracia y favor para cada día.
 
Estamos esperando que Dios nos hable, pero somos nosotros quienes no escuchamos. El suelta Su Palabra para que se materialice y no vuelva vacía sino que haga todo lo que El quiere. Escuchemos lo que Dios siempre está diciendo a Su pueblo.
 
Tomado de la enseñanza del P. Roberto Dávila del 21/03/2020

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