Isaías 40:30 Aún los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor, renovarán sus fuerzas, volarán como las águilas, correrán y no se fatigaran, caminarán y no se cansarán.
Esperar en Dios es tener fe y tener amor. Tener certeza de lo que se espera pero ¿Qué estás esperando? Hay cosas propias y otras que pone el Espíritu Santo en nuestro interior como anhelos. Pero nosotros buscamos la voluntad de Dios. La frecuencia más alta es el amor, lo que le damos a Dios por amor, sin pesar, sin dolor, sin carga. A Dios le llama la atención el corazón del que da. En el Reino de Dios, lo que hace ruido es la fe, como aquella viuda que dio todo su sustento como ofrenda en el altar, eso atrajo la atención de Jesús. A Dios no le sorprende cuanto das sino cuanto sobras.
El buey representa nuestras herramientas de trabajo, nuestra fuerza laboral o la forma como te ganas la vida, pero en este aislamiento el buey está guardado, o incluso para muchos esta crisis ha matado a sus bueyes, pero si tú esperas en Dios tendrás nuevas fuerzas, nuevas herramientas. No significa que tendrás que trabajar como buey sino que tienes que trabajar inteligentemente, usando bien el buey. Si aprendes a esperar en Dios, Él te dará algo nuevo sobre aquello que ha sido tu fuerte, Dios te dará un buey nuevo que sea tu fuente de sustento y tu medio de vida.
Salmo 40:1-4 puse en el Señor toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano, puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor. Dichoso el que pone su confianza en el Señor no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos.
Tomado de la enseñanza del P. Roberto Dávila del 03/04/2020
Esperar en Dios es tener fe y tener amor. Tener certeza de lo que se espera pero ¿Qué estás esperando? Hay cosas propias y otras que pone el Espíritu Santo en nuestro interior como anhelos. Pero nosotros buscamos la voluntad de Dios. La frecuencia más alta es el amor, lo que le damos a Dios por amor, sin pesar, sin dolor, sin carga. A Dios le llama la atención el corazón del que da. En el Reino de Dios, lo que hace ruido es la fe, como aquella viuda que dio todo su sustento como ofrenda en el altar, eso atrajo la atención de Jesús. A Dios no le sorprende cuanto das sino cuanto sobras.
Proverbios 14:4 donde no hay bueyes, el granero está vacío, con la fuerza del buey aumenta la cosecha.
Los que esperan en Dios recibirán nuevas fuerzas. Esperar no significa permanecer en lo mismo sino transformarse para darle lugar a lo nuevo.El buey representa nuestras herramientas de trabajo, nuestra fuerza laboral o la forma como te ganas la vida, pero en este aislamiento el buey está guardado, o incluso para muchos esta crisis ha matado a sus bueyes, pero si tú esperas en Dios tendrás nuevas fuerzas, nuevas herramientas. No significa que tendrás que trabajar como buey sino que tienes que trabajar inteligentemente, usando bien el buey. Si aprendes a esperar en Dios, Él te dará algo nuevo sobre aquello que ha sido tu fuerte, Dios te dará un buey nuevo que sea tu fuente de sustento y tu medio de vida.
Salmo 40:1-4 puse en el Señor toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano, puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor. Dichoso el que pone su confianza en el Señor no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos.
Tomado de la enseñanza del P. Roberto Dávila del 03/04/2020
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