miércoles, 29 de abril de 2020

EL PODER DEL TOQUE

Marcos 1:40 Vino a él un leproso, rogándole, e hincada a rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le toco, y le dijo: quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel y quedó limpio.

El cuerpo produce hormonas que se estimulan con el contacto físico. Nuestro contacto afectuoso con otros nos produce alegría, pero este confinamiento en que debemos evitar el contacto físico hasta con nuestros seres queridos, podemos recibir un toque que jamás estará limitado, el toque del Espíritu Santo, si se lo pedimos y si le permitimos entrar a nuestra vida.
Jesús, teniendo misericordia de los enfermos y de los leprosos, que era prohibido tocarlos, El extendió Su mano y los tocó. Antes de hablarte, Dios primero te toca, así prepara tu corazón para escucharlo y generar la fe que necesitas para recibir lo que viene de Él, lo que quiere entregarte y encomendarte.
 
  1. Jesús lo tocó para restaurar su identidad, por el aislamiento social, el rechazo y el olvido que sufrían los leprosos y todos los que estaban en una condición de inmundicia para la sociedad.

Toda circunstancia difícil ataca tu identidad, por eso Jesús se acerca a ti y te toca para que la recuperes. Vuélvete sencillo, humilde, no hables por cualquier provocación, tampoco de manera reactiva. Cambia. Mejórate siempre. Se fuerte por quienes amas. El gozo se activa cuando Dios es tu fuerza.
Génesis 35:17-18 y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: no temas, que también tendrás este hijo. Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió) llamo su nombre Benoni, mas su padre lo llamó Benjamín.

Los papás trabajan la identidad, por su palabra y por su autoridad sobre sus hijos. Benoni significa hijo de mi tristeza, pero para su papá era Benjamín que significa hijo de la mano derecha. Esto puede determinar la visión para la cual estas lanzando a tus hijos hacia la vida.
2. Jesús lo tocó para cambiar la percepción que tenía el leproso de sí mismo, de persona enferma a persona sana. Dios cambió su fracaso en victoria, su vergüenza en honra. La gente de fe es honrada por Dios porque es gente de calidad, por eso Dios también la disciplina para corregirla. Debes revelarte a la falsa percepción de ti mismo y tomar tu responsabilidad pues eres un agente divino para mostrar una correcta percepción a otros de sí mismos y romper toda mala percepción.

Solo Dios sabe quién eres para El, se queda contigo en los fracasos, te hace volver como al hijo prodigo, porque estás programado para alcanzar algo preparado por Dios, y no lo que tú quieras.

3. Jesús lo tocó para que reconociera que Él puso algo en él para hacer Su obra, Él te está tocando a ti para que lo compartas con otros que lo necesitan, para que te redescubras en Él y los demás puedan evidenciarlo, al punto que tengan que reconocer que Dios te ha transformado y quieran acercarse a Él también.
Marcos 1:44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.

El sacerdote era la autoridad judía designada para declarar a los leprosos enfermos y ellos eran los que tenían que declararlos sanos para que vuelvan a reinsertarse a la sociedad. Esta vez, Jesús le envió para que además reconocieran lo que Dios había hecho.


Tomado de la predicación del P. Roberto Dávila del 29/03/20

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