1 Timoteo 4:7-11 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. Esto manda y enseña.
Para crecer necesitamos 1. Decisión de crecer 2. Alimento solido 3. Buen clima (entorno)
No es tu culpa como fuiste configurado, sino el que no cambies esa configuración. No puedes llegar a donde quieres si no te dedicas a crecer, eso es madurez y llegar a tu propia plenitud.
Los neófitos eran los inexpertos en la vida cristiana, tenían cosas que no eran capaces de vivirlas. El problema es querer quedarte como uno de ellos. Cuando aplicas el conocimiento, aprendes y puedes reproducirlo. Que sepas no quiere decir que aprendiste. Hay que perseverar, mantenerse haciendo algo.
Con la lectura, aprendes, entonces creces.
La influencia es tu poder, debes volverte un buen comunicador para tener buen reconocimiento.
¿Qué tipo de influencia vas a dar? ¿Qué influencia vas a recibir?
Comunicación no es solo contenido sino forma. EL medio son las palabras, el lenguaje corporal y el tono de voz, puedes ver lo que dicen.
Un mensaje puede ser muy bueno pero inoportuno.
Aprende a leer las experiencias ajenas.
Ley de dolor = cuando haces buena gestión de tus fracasos, creces. Esta gestión consiste en el trabajo de evaluar la experiencia. Rechazar el dolor no te deja crecer, hay que procesarlo.
Aprende a leer gente, momentos, lugares, peligros, oportunidades. Cuando usas mal el conocimiento y la inteligencia van en tu contra. Dios pelea por los ingenuos que no tiene malicia.
Tomado de la enseñanza del Pr. Roberto Dávila del 28/04/19
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