NO alcanzamos éxitos porque NO definimos el éxito y NO conocemos de nosotros mismos, lo que debemos mejorar.
1 Timoteo 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.
Ten cuidado, debes estar atento, tener precaución. La diferencia entre el avisado y el simple es que el avisado ve el mal y se aparta. Mira tu entorno, cuida lo que entra en tu corazón por tus sentidos. Filtra lo que está en el mundo. Tampoco puedes cuidarte de las cosas que desconoces de ti mismo. Autoanalízate y domínate.
Doctrina es lo que crees, la razón para moverte. La sana doctrina provoca una fe no fingida.
Cuando hay mensaje de Dios, EL mismo se provee de profeta para dar su revelación, incluso a los burros hace hablar.
Proverbios 11:24 Hay quienes reparten y les es añadido más, y hay quienes retienen más de lo justo y acaban en la miseria.
La unción de quien reparte es más añadidura, para eso hay que esforzarse. No retengas. Trabaja en ti mismo para que puedas decir a Dios : Puedes confiar en mí, porque lo que me des, lo repartiré.
Define tu éxito, planifícalo y ejecútalo.
Tomado del mensaje de P. Roberto Dávila del 16/12/18
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