miércoles, 27 de julio de 2016

ATRÉVETE A VIVIR DEL ACEITE

2 Reyes 4: 1-7 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.
Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
El aceite tipifica la unción del Espíritu Santo de Dios sobre la vida de cada persona, quien ha buscado continuamente estar en contacto con el Señor.
Muchos viven del aceite de otras personas, buscan ser bendecidas por quienes tienen la unción del Espíritu Santo, pero no es posible vivir todo el tiempo del aceite de otros.
Aprende a vivir del aceite
Esta mujer fue sincera y transparente con Eliseo, mostrándole honestamente su situación y necesidad. Para vivir del aceite es imprescindible mantener el contacto con el Señor, estar dispuesto a servirle y confesar todo delante de Él.
El Espíritu Santo no quiere dar Su Unción por un día, al contrario, cada día puede ser una aventura santa donde Su Presencia y Poder fluyen; Su Gloria se manifiesta con los enfermos que sanan, los demonios que huyen, los problemas se resuelven y los momentos difíciles se superan con éxito, porque Su Presencia llena de fe y confianza.
No menospreciemos al Espíritu Santo, el aceite es lo más precioso
Apenas un poco de aceite, en la mano del Espíritu Santo, se puede multiplicar y obrar milagros. Nuestro error es no gozar al máximo de Su Presencia y Unción, sabiendo que Él es nuestro guía y respuesta a nuestras dificultades. Él está dispuesto a llenar nuestras vasijas vacías cuantas veces sea necesario y sobreabundar nuestras vidas con bendiciones.
Seamos vasijas vacías
El Espíritu Santo solo puede llenar lo que está vacío, no lo que está lleno d too tipo de cosas (malas actitudes, autosuficiencia, temor, odio, orgullo, religiosidad, idolatría), seamos vasijas vacías para que Él pueda llenarnos con Su Presencia, Su Poder y Su Gloria. Consigamos todas las vasijas vacías que podamos, el Espíritu Santo es la única persona que nos unge con el poder para romper toda atadura que se presente.
Enciérrate tú y tus hijos
El encerrarse implica cerrar las puertas a las dudas, el temor, la incredulidad, y comenzar a creer en el Señor y Su Palabra, mientras mantenemos comunicación con el Espíritu Santo y Él hace el milagro más grande en nuestras vidas.
Derrama el corazón al Señor en el lugar secreto y será llena tu vasija espiritual, así como las vasijas materiales con las que vivirán tú y tu familia.

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