jueves, 14 de julio de 2016

HUMILLACIÓN Y EXALTACIÓN

Jesús se humilló por nuestros pecados para salvarnos de la muerte eterna.

Filipenses 2:3-11
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
¿Quieres ser exaltado?
Humíllate ante la Presencia de Dios; cuando Él está con nosotros, el resto pasa a segundo plano.
Santiago 4:10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
Humillarse ante Dios es reconocer Su poder, romper todo orgullo que ha cegado nuestros ojos, bajarnos de la nube rosada que pensamos que nos cubre, o dejar de sentirnos tan altos porque hemos subido un ladrillo. 
Exaltar el nombre de Dios es confesar la magnificencia de Su Nombre, darle gracias por todo que hemos recibido.
Isaías 2:11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.
Amós 5:8 buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre;
Zacarías 8:16-17 Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová.
Filipenses 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;

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