sábado, 9 de julio de 2016

LOS NEGOCIOS DE MI PADRE

Negociar es conseguir un beneficio mediante una transacción. Si analizas los negocios de tu vida... ¿con relación a qué los compararás para saber que realmente están aportando al propósito por el que fuiste creado?

La Palabra de Dios es la única referencia verdadera en la que podemos confiar para comparar nuestra vida, jamás podrá ser la vida de los demás, porque somos únicos.

Salmo 37:7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

No se puede cosechar frutos sin antes haber sembrado y  esperado el proceso de crecimiento natural para después obtener la cosecha.

Gálatas 6:7-10 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Por lo tanto, comienza a trabajar en los negocios del Padre Celestial, prepárate desde ahora.

Si tienes dificultades a causa de tus errores pasados, arrepiéntete y pídele a Dios que te muestre como salir de esa situación a prosigue hacia la meta, dejando atrás lo que te separe de Dios.

Romanos 12:1-2 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

El trabajo comienza con la ayuda del Espíritu Santo, es primordial profundizar en una relación con Él, y mantenernos en constante comunicación a través de la oración, ponernos constantemente en Su Presencia y abrirle nuestro corazón totalmente siendo transparentes ante Él:

Confesando nuestros pecados.
Presentado nuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo a Dios.
Pidiendo que nos mantenga llenos de Su Presencia.
Manteniéndonos alejados del pecado para no contristar al Espìritu Santo y recordando el valor del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, conservando el gozo de estar en Su compañía y resistiendo a las tentaciones.

Filipenses 4.4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!

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