Causas dignas de perseguir tienen objetivos y propósitos. Se evalúan por la conquista No por el tiempo. Cada uno tiene un tiempo para hacer algo, pero cuando pasa y pasa el tiempo y no se ha conquistado, estas retrocediendo. Evalúa tu jornada, si se ha terminado tu obra. Si está bien, tiene que mantenerse y mejorarse; caso contrario es necesario corregirse.
Hechos 2: 43-47 Al ver las muchas maravillas y señales que los apóstoles hacían, todos se llenaban de temor, y todos los que habían creído se mantenían unidos y lo compartían todo; vendían sus propiedades y posesiones, y todo lo compartían entre todos, según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón, mientras alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos.
La iglesia es un organismo con vida propia, debe crecer, y crece por mano de Dios, El añade.
Se mantenían unidos para escuchar a Dios, para apoyarse en el camino, teniendo todas las cosas en común. Tu asignación es mas poderosa que tu agenda. Es algo que sabes que tienes que hacerlo. Es un llamado de Dios a cumplir con tu propósito, a cumplir tu función para la cual fuiste creado.
Tenían algo que repartir, pagaban un precio, no solo de dinero.
Una mente abundante piensa: PUEDO SUPLIR UNA NECESIDAD.
Una mente de pobreza cree que NUNCA PUEDE DAR ALGO.
Perseveraban en:
Repartir el pan, es decir, la comunión
Alabar a Dios, en todo tiempo y a pesar de la adversidad porque Dios mantiene el control.
Estar en el templo, porque es el lugar donde ejercitas tus dones, alabas a Dios, tienes comunión. Formas tu don en la mente y en el corazón.
Mantener una actitud correcta, alegría y sencillez de corazón, ese es un activo importante, la forma de pensar y el espíritu para hacer las cosas, estaban sanos. Eso agrada a Dios.
Tomado de la enseñanza del Pr. Roberto Dávila del 12/01/20
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