martes, 3 de septiembre de 2019

EL FRUTO DEL ESPIRITU SANTO

El fruto del Espíritu Santo es como una mazorca de maíz o una frambuesa, un solo fruto pero compuesto por varios granitos. Si sacas un granito, el fruto esta incompleto.
 
Gálatas 5
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
 
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

 
El fruto no se puede separar sino que es integral y se complementa en sí mismo. Si tienes amor, tienes gozo, si tienes paz tienes paciencia, si eres benigno no generas daño a otros y tienes bondad, si eres manso tienes dominio de tus emociones y si practicas todo esto demuestras que tienes fe. Si tienes fe eres manso y gobiernas tu fuerza y tu carácter, si tienes templanza puedes sobreponerte al temor y eres valiente porque tu fuerza viene del Espíritu Santo.
 
David era un guerrero muy valiente contra sus enemigos, pero ante Dios era el dulce cantor de Israel. Todo lo que tenemos y somos tiene un propósito pero tú escoges, para la obra de Dios o de las tinieblas.
 
Gálatas 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
 
Cuidar el fruto del Espíritu Santo es el trabajo diario de cada hijo de Dios, hay que trabajar en el desarrollo de ese fruto si aún no esta completo.
 

Trabaja en tu fe

Hay varios niveles o tipos de fe. Por ejemplo:
 
Fe salvadora, aquella que nos ha llevado a creer que Cristo murió en la Cruz para pagar el precio por nuestros pecados y darnos salvación con Su Resurrección y así nos ha otorgado la entrada al Reino de Dios. Esta fe es una revelación del Espíritu Santo que ilumina nuestra conciencia interna y nos graba con esta convicción absoluta. Si careces de ella, pídele en oración al Espíritu Santo y no te canses de rogar que esta revelación sea parte de ti.
 
Fe en milagros, la convicción de que la Palabra de Dios es verdadera y real para nuestros días y en tu vivir diario. Para que esta fe se desarrolle es primordial la lectura de la Palabra, que está llena de la revelación que Dios tiene para ti específicamente, esperando que la descubras. Cuando recibes esa Palabra y la crees como una verdad, entonces podrás ver milagros, situaciones sobrenaturales, no por la grandiosidad o extrañeza de los eventos que se susciten sino porque esas situaciones no se generaran por tu esfuerzo propio sino por la intervención innegable de Dios.
 
Fe de ser fieles a Dios, ésta es la fe que es parte del fruto del Espíritu Santo, nuestra fidelidad es la piedra angular del carácter, mantenerse fiel a Dios a pesar de que las circunstancias alrededor parecen decirnos que Dios se olvidó de nosotros. Tiene 3 componentes: LEALTAD, CONSISTENCIA, y SUJECIÓN.
 
La fidelidad muestra el carácter de Cristo en nosotros, es el rasgo de los obreros de Cristo. Dios busca a los fieles y luego los capacita para que se reproduzcan.
 
Tomado de la predicación del P. Roberto Dávila del 10/12/17
 
 

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