miércoles, 22 de julio de 2020

IDENTIDAD, PROPÓSITO Y DESTINO

Mateo 16:13 Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 ellos dijeron: unos, Juan el Bautista, otros Elías, y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 Él les dijo: y vosotros ¿Quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
 
A Dios le interesa la motivación de tu corazón, no solo los hechos. 300 años d.C se fue separando la iglesia. La iglesia católica se mantuvo con el Estado y este le financiaba, pero los protestantes se revelaron a la maldad y corrupción de la iglesia. Hoy la iglesia está perdiendo su identidad, pierde la conciencia de quién es y cualquiera viene a influenciarlo.

Recupera la identidad y afírmala. ¿Quién soy? No perdamos las prácticas de adoración y hábitos cristianos. No se trata de hacer lo que todos hacen o hacer por hacer. Si no, hacer lo que Dios dice. Dejar de escuchar lo que los demás dicen de la iglesia. Hay que encerrarse con Dios para escuchar lo que Él dice. A Jesús le hicieron buenas comparaciones pero no eran la verdad. La Biblia está llena de los valores buenos que debemos respaldar con buenos hábitos. El diablo cierra y aparta los lugares donde somos inspirados a mantenernos como hijos de Dios.
 
Génesis 35:17 y aconteció como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: no temas, que también tendrás este hijo. 18 y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni (hijo de mi tristeza), mas su padre lo llamó Benjamín (hijo de la mano derecha)

 
Es primordial mantener una imagen sana de la figura paterna de Dios en nuestras vidas, El nos cambia el nombre a uno mejor, pero si no creemos lo que la Palabra de Dios dice de nosotros vamos perdiendo nuestra identidad.
 
La identidad es la conciencia que uno tiene de si mismo, que le convierte en alguien distinto a los demás. ¿Por qué seguir viviendo y actuando como al mundo le parece si no somos de este mundo? Somos el cauce por donde fluye el río de Dios, tenemos que preparar nuestra mente para entender la mente de Dios. 

Mateo 28:19 por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

 
Discipular, a nosotros mismos primero cambiando de conducta e influenciaremos en los demás. Enseñando la doctrina que hemos aprendido.
 
Cuando sabes quién eres por la Palabra de Dios, sabes lo que tienes que hacer.
 
 
Tomado de la predicación del P. Roberto Dávila del 05/07/20

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