Madurar es aprender a discernir y ver.
Todo lo que está oculto no es de Dios.
Es necesario desarrollar en cada uno un espíritu emprendedor para salir del estancamiento. Durante las crisis, los obstáculos parecen más grandes y los recursos parecen escasear. Por eso es indispensable buscar la dirección y revelación de Dios para tomar la victoria en el campo espiritual y luego salir al espacio material a conquistar la tierra prometida.
Desarrolla tu capacidad de ver pero filtrado por la Palabra de Dios, de tal forma que cuando veas algo puedas direccionar tu oración en base a lo que viste de Dios.
No dejes que las cosas pasen sin verlas. La cuestión no es hacer todo al apuro sino cada día avanzar un poco porque eso te llevará lejos.
La Palabra profética en tu boca es el ‘hacha de Dios’ y los árboles que la Biblia menciona son personas, por eso también dice en Mateo 3:10 ‘el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles’, queriendo decir que el mensaje debía ser aceptado porque si no el hacha iba a cortar a los árboles. La Palabra de Dios corta como espada de doble filo porque te confronta contigo mismo y te convence de pecado. El mensaje de santidad era el propósito.
Ora para que la capacidad profética vuelva, la capacidad de hablarle al futuro a fin de que produzca de donde no existe; para que seas no solo un vidente, sino que también aprendas a hablar lo que has visto y decidas quién quieres ser delante de lo que el Espíritu Santo te ha mostrado; profetizando sobre lo que ves, porque el poder de la Palabra de Dios hablada, acompañada con el ser vidente de lo que Dios ve, establece lo que viste de parte de Dios.
Tomado de la enseñanza de P. Roberto Dávila del 25/06/20
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